‘Fucking black cunt’

Ayer 9 de Julio de 2012 John Terry, capitán del Chelsea, compareció por primera vez ante un tribunal acusado de haber lanzado un insulto racista a Anton Ferdinand, jugador del Queens Park Rangers, durante un partido jugado el 23 de Octubre 2011. El affaire ha tenido una importante mediatización en los medios ingleses desde que ocurrió. Los efectos se han sentido hasta justo antes del inicio de la Euro el pasado junio: Terry perdió la capitanía de la selección inglesa; Fabio Capello renunció a su puesto de técnico de la misma selección por enfrentamientos con su federación al defender casi que a capa y espada a Terry al considerar el asunto como una nimiedad; Rio Ferdinand, hermano de Anton y compañero de Terry en el equipo inglés, fue excluido justo antes de que empezara el torneo debido al deterioro completo de su relación con Terry, este último teniendo la prioridad.

El hecho de que un insulto racista no solo haya generado polémica sino que haya tenido consecuencias reales en un dominio como el deporte que siempre se pretende presentar como ‘apólitico’, es noticia suficiente para alegrarse — así las razones sean más económicas que morales. Sin embargo, es terriblemente lamentable y descorazonador que la tercera palabra del insulto, ‘cunt’, sea absolutamente normal. El mismo Anton Ferdinand lo dijo hoy 10 de Julio cuando en la corte, según reporta The Guardian (ver), explica lo que pasó en la cancha el día del altercado:  ‘cuando alguien llama a alguien “cunt” no hay problema, pero cuando alguien trae a colación el color de la piel, el asunto toma otras dimensiones’. Lo inaceptable es ‘black cunt’ por racista; el ‘cunt’, que es profundamente sexista, no tiene nada de ofensivo.

A pesar de la cada vez más ensordecedora polifonía planetaria que se pregunta si el feminismo está muerto (Times June 29, 1998), cuando no afirma que ha llegado demasiado lejos y que por ello los hombres, o son el nuevo sexo débil (The Second Sexism) o párvulos de más de veinte años (Manning Up), en 2012 lo problemático del ‘fucking black cunt’ es el ‘black’ y no el ‘cunt’.

Si es hallado culpable, Terry se enfrenta a una multa que puede ir hasta las £2,500. No sabemos aún cuánto (si algo) habrá de pagar. Lo que sí sabemos, en cambio, es que el mundo sigue siendo sumamente racista (‘white cunt’ no es siquiera una expresión gramatical), aunque ya se pague un precio por serlo, y profundamente sexista, sin que se pague nada por ello.

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